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jueves, 17 de diciembre de 2015

Reseña "Ni en sueños" de Brenda Simmons

¡Buenos días! Hoy os traigo una nueva reseña del libro “Ni en sueños” de la autora Brenda Simmons. Había escuchado hablar mucho sobre él y, la verdad, lo devoré. Es un libro diferente a lo que estaba acostumbrada a leer. ¿Quieres saber por qué? Continúa leyendo.


Sinopsis: Elisabeth Benedict es una chica acomplejada que no ha dudado en instalarse en España para seguir cuidando de su madre mientras esta cumple condena en una cárcel española. No se mira en los espejos, está obsesionada con su estatura y no tiene amigos de verdad. Beth no deja entrar a nadie en su pequeña burbuja. Sin embargo, un tipo absolutamente arrollador ha entrado en su vida y no porque ella lo haya dejado; se ha colado él solito. 
La empresa de Jack Noyce ha adquirido la Corporación británica en la que trabaja Elisabeth. El ejecutivo está sorprendido, es la primera vez que una mujer permanece indiferente a su lado y que además lo considera imbécil o algo por el estilo. Por si fuera poco, la encuentra endemoniadamente fea y canija. Lo único que salva de ella es su sonrisa… 
Ella es fea, invisible y solitaria; él es guapo, seductor y multimillonario. Sin embargo, tienen algo en común: un pasado que los condiciona y al que deberán hacer frente. 
¿Serán capaces de luchar por un amor que no tiene la apariencia que ninguno de los dos esperaba? 


Opinión personal:

Ni en sueños” es una historia que, aunque a simple vista puede parecerse a la de otras novelas románticas, me resulta muy especial. No sólo la simplicidad de la portada llamó mi atención sino también la sinopsis, la cual hizo que despertase mi curiosidad. ¿Por qué? Por múltiples motivos.

Para empezar, estamos acostumbrad@s a que las protagonistas de las novelas románticas sean guapas o lo que definen como “normalitas” pero ¿qué sucede cuando resulta ser “fea”? Es entonces cuando pienso que es la primera novela que leo en la que la protagonista es así y me pregunto ¿y por qué no? En mi opinión, la belleza es algo relativo, simplemente es un envoltorio que cubre algo mucho mejor y más bello. Puede que suene a “cuento de Disney” con eso de que la belleza está en el interior, pero es realmente lo que pienso y sé que hay más personas que también lo hacen.

Elisabeth es una mujer que tiene tan asumido que es “fea” (además de bajita) que se dedica a centrarse en lo demás: su madre, su trabajo, sus estudios, cómo llegar a fin de mes… Eso es lo que más me ha llamado la atención, no el hecho de asumir su no-belleza, sino preocuparse más en lo que verdaderamente importa en lugar de “lucirse”.

<<Desgraciadamente, había crecido oyendo la misma cantinela día sí, día también: Nena, ojalá y fueras más guapa, porque entonces tendrías la vida resulta>>.

Considero a Beth una persona fuerte y valiente, capaz de salir adelante desde que era una niña, luchando para llegar lejos y conseguir lo que quiere a pesar de la vida que ha llevado en orfanatos, con su madre prostituta y drogadicta cumpliendo condena. Esa fortaleza por continuar, por levantarse todos los días y, lo más importante, por seguir soñando, es admirable.

Por otro lado nos encontramos con Jack Noyce. ¿Qué decir de él? Típico empresario inteligente, atractivo, sexy, rico y con una oleada de chicas (preciosas, cómo no) a su alrededor con tan solo respirar.

<<No puedo controlar babas ajenas>>.

¿Qué sucede entonces cuando ambos se conocen? Por un lado, Beth es consciente de su “mínimo atractivo” por lo que ni siquiera le presta atención pues las oportunidades con él son nulas. Y Jack, a pesar de que cree que es fea y bajita, piensa que es inteligente, ingeniosa, aunque un verdadero y “pequeño” peligro.

La historia transcurre y, gracias a unos encuentros fortuitos (y a que Jack se convierte en su jefe), empiezan a conocerse de una forma más personal. Beth sigue adelante con su vida, mientras que éste no duda en acudir a ella en todo momento. Es ahí cuando poco a poco va creándose una complicidad entre ambos.

<<Esa canija era el ser más atrayente y voluptuoso con el que se había topado a lo largo de sus treinta años. Comenzó a sentirse molesto consigo mismo. ¿Desde cuándo le gustaban las crías enanas y con serias posibilidades de acabar en prisión?>>.

A pesar de que su relación, tanto personal como laboral, va yendo más allá poco a poco, Beth sigue considerándose "fea" y Jack continúa creyendo que es una chica más y que jamás pretendería llegar lejos con alguien de su condición. Algo que, además, ella escucha de sus propios labios en varias ocasiones, haciéndole sentir más insignificante aún.

<<No debía olvidar quién era. Ella era una enana, fea y solitaria mujer que lo único que iba a obtener de ese hombre era un revolcón y que después la soportara estoicamente>>.

Centrándome de nuevo en la protagonista, he de decir que la evolución (pequeña, pero algo es algo) que desarrolla a lo largo del libro me ha gustado mucho. La chica insegura, fea y bajita del comienzo de la historia, va adquiriendo confianza gracias a su nueva amiga Mada. ¿Qué haríamos sin esas amigas que, además de estar siempre ahí, te suben la moral, o mejor dicho, te hacen ver aquello que tú no ves?

<<No recordaba la última vez que se había mirado en un espejo y su ropa holgada no servía de gran ayuda. Bueno, al menos era una enana fea pero con buen cuerpo>>.

Mada me ha encantado. Es muy divertida, cariñosa, amigable… y, ante todo, natural. Se trata de una chica con obesidad aunque eso no le preocupa, lo que la hace más que genial. Me he reído un montón con algunas escenas en las que aparece y me ENCANTARÍA poder leer un libro con su historia. ¿Brenda, te animas? Jijiji.

<<Míralo por el lado positivo, cuando tengas ochenta años podrás decirle a tus nietos que saliste con un ricachón americano constructor de aeronaves espaciales. Creo que hasta yo lo contaré, aunque en mi caso sea mentira>>.

A pesar de la confianza en sí misma que va consiguiendo Beth, ciertos actos de nuestro “querido” Jack (ironía), hace que se sienta aún peor de como estaba al principio de la historia.

<<Se había arriesgado y había perdido. Podía lidiar con algo así. Total, había nacido para perder>>.

Sigue escondiéndose en su caparazón y creyendo que nadie puede hacerle daño porque nadie le importa. ¡Ay Beth, si supieras lo que en realidad siente el ricachón!

Podría decir MUCHO más sobre ella y sobre la historia de amor pues, al fin y al cabo, el género al que pertenece esta novela es romántico, aunque he querido centrarme más en los complejos que tiene la protagonista. Algo que, además está muy presente en nuestras vidas.
Continuamente nos invaden todo tipo de anuncios (bien sea en televisión, carteles publicitarios…) donde destacan que debemos estar “bellas” en todo momento. Maquillaje para estar guapas, lencería para estar sexy, cremas para estar más jóvenes, perfumes para oler “exquisitamente”, champú para un pelo radiante, tacones de infarto con riesgo de esguince… Nos incitan a querer estar guapas pues además la sociedad, por desgracia, cada vez es más exigente con la belleza.

No quiero decir que esté en contra de todo ello, ante todo, cada persona es libre de usar lo que quiera, pero sí digo que si me maquillo o utilizo un producto u otro, es porque realmente me gusta y quiero, y no para estar “compitiendo” constantemente para estar más guapa. Para mí, todas las mujeres somos perfectas y cada una tenemos una belleza única. Sólo hay que apreciarse y quererse a una misma.

¿Dónde conseguirlo?


Por ello, quiero darle la ENHORABUENA a la autora, Brenda Simmons, por ser capaz de crear una historia tan especial, tan divertida y tan maravillosa (sí, para mí es TAN TAN TAN). Sin duda, me ha encantado y la recomiendo 100%. Gracias por ver más allá de la belleza de los personajes, por demostrarnos que a pesar de caernos constantemente por los problemas de la vida, debemos levantarnos. Y porque está bien soñar pero lo importante es proponérnoslo y conseguirlo.

<<Las grandes mentes tienen objetivos, las demás deseos>>.

Espero que os haya gustado. Nos leemos pronto, un beso.

Reseña hecha por


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo, es una gran novela, me encantan los deseos de superación de Beth y reconozco que también contuve alguna lagrimilla.

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